Un gato estresado es un animal que no consigue adaptarse a nuevas situaciones y lo expresa con síntomas como el hacerse del baño fuera del arenero, mostrar conductas compulsivas, o comportamientos agresivos repentinos, también estos pueden incluir la menor ingesta de comida, o comienzan a tener actitudes extrañas como abrir la boca de una manera exagerada.
Si observamos que el animal permanece estresado mucho tiempo, podemos sospechar que padece alguna enfermedad respiratoria, urinaria o gastrointestinal; si nuestro gato se encuentra en este estado debemos de acudir al veterinario para que lo examine y descarte cualquier problema médico.
Es importante generar un entorno seguro y adecuado, que cuente con espacios independientes para su tranquilidad, higiene y cuidar su salud y bienestar con una alimentación, adecuada y las revisiones médicas necesarias.
Puede ser que el veterinario también recete algún fármaco para terminar con el estrés, o bien, que recomiende un especialista en etología felina.