Una teoría explica que los perros tienen este singular comportamiento por instinto, pues lo que hace es buscar una posición adecuada en caso de que tenga que despertar y defenderse de cualquier ataque.
Otra de las explicaciones es más sencilla: simplemente lo hacen por comodidad.
También se ha hablado de que puede deberse a temas relacionados con la temperatura, pues los perros que duermen en climas cálidos al aire libre, rascan la tierra para llegar a la parte más caliente del suelo.
Mientras que aquellos acostumbrados a las bajas temperaturas utilizan estas vueltas para crear un pliegue más ajustado en su pelaje para retener el calor.