La coprofagia, como también se le conoce, es el término para el hecho de animal coma popo y es una conducta que resulta desagradable en los perros y se considera sucio, poco grato y causa un mal aliento; además, si come heces de otros animales, corre el riesgo de adquirir parásitos.
No se sabe por qué los perros se comen excremento, pero se ha llegado a pensar que es por gusto, pues ellos interactúan a través de su boca y les gusta llevar palos, masticar juguetes o huesos.
Además, disfrutan las cosas con olores fuertes y los excrementos sin duda son uno de ellos; los cachorros por su parte lo hacen como parte de su aseo, pues no saben donde es el lugar correcto para hacer sus necesidades.
Otra teoría es que lo hacen para compensar las deficiencias en su dieta, ya que el ingerir excremento puede aportar vitaminas que no forman parte de su alimentación habitual.
La manera más fácil de evitar esta situación es recoger las heces en cuanto el perro haya hecho sus necesidades, también vale la pena intentar con aditivos para su comida con buen sabor, pero se hacen amargos a la hora de ser digeridos, haciendo la popo desagradable para ellos.